Energías renovables

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SEÑOR DIRECTOR

Chile ocupa el puesto número uno en el ranking mundial de energías renovables. Conocíamos la noticia desde fines de 2018, cuando fue elegido por primera vez como líder mundial de energías renovables en el informe Climatescope 2018 de Bloomberg, considerando sus fundamentos, oportunidades y experiencias.

A Chile se lo identifica como uno de los países más atractivos para desarrollar proyectos eléctricos de energías renovables. Esto ya no nos sorprende, dadas las políticas implementadas en forma coherente por los últimos cuatro gobiernos, que han acelerado la inversión en energía eólica y fotovoltaica, y que alcanzarán la meta del 20% de energías renovables no convencionales antes del objetivo fijado por ley del 2025, reduciendo los impactos en el medio ambiente. Se suma la decisión consensuada con las empresas generadoras, de abandonar el carbón y paulatinamente limpiar nuestra matriz eléctrica.

Estas buenas noticias no vienen solas; las energías del viento y del sol son muy variables en el tiempo (el sol además no brilla en la noche), por lo que deben ser respaldadas por otras tecnologías, en lo que en el sector se denominan los servicios complementarios. Nuestro sistema eléctrico requiere una mayor flexibilidad, que debe enfrentar nuevos costos de respaldo e inversiones.

Pero el desafío no está en las energías renovables eléctricas; dada su economía, están llegando por sí solas. El desafío es cómo descarbonizar la matriz energética completa, la industria, la minería, la construcción, el sector transporte, la agricultura, la pesca y acuicultura, etc.; cómo pasamos esos sectores a cero combustible fósil, ese es el real desafío que enfrentamos como país.

Hugh Rudnick