Experto destaca continuidad de política energética nacional

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(Diario El Sur) Es muy valioso que el nuevo gobierno continúe y aproveche las buenas experiencias y desarrollos logrados en gobiernos anteriores. Así lo destacó Hugh Rudnick, director de Systep y académico de la Pontificia Universidad Católica, quien abrió la VI Versión de Foro Eléctrico del SUR 2018, con su charla “Ruta Energética 2018-2022: impactos y alcances en la zona centro sur del país”, que se realizó ayer en el hotel Sonesta y que convocó a expertos, académicos, empresas eléctricas y autoridades del sector.

El experto en materia eléctrica señaló que son notables las coincidencias de la nueva formulación de la Ruta Energética que ha planteado el actual gobierno con el plan Energía 20-50 del gobierno anterior. Esto refleja un interés de las nuevas autoridades de seguir y aprovechar las buenas experiencias y desarrollos de periodos anteriores, evidentemente, corrigiendo aquellas situaciones en las que hay problemas. “Pero se formula una política de Estado en materia energética que ha sido destacada por distintos agentes de la sociedad y de la industria en particular, que ven que aquí hay un intento de mantener una política que no cambie según el giro político de cada gobierno”, dijo.

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Asociatividad

Rudnick también destacó el interés del gobierno de reflotar un concepto ya formulado en el gobierno anterior pero sin mucho éxito, como es el de la asociatividad. Esto es cómo hacer a las comunas y a las regiones, socias de los desarrollos de infraestructura energética, tema que hoy día es una situación problemática. Recordó que hoy existe oposición a distintos proyectos como un parque eólico en Chiloé y a una línea de transmisión (Cardones-Polpaico) que va a conectar la zona norte con el sur del país.

Ahí, el propósito es iniciar 25 proyectos de asociatividad energética con la sociedad, con las comunas, lo que aparece como algo bien desafiante e interesante, que es cómo lograr convencer e identificar cuáles son los beneficios sociales para las comunidades y para las regiones de que estos desarrollos tengan lugar.

El académico agregó que los beneficios pueden ser muy diversos, como la Ley de Equidad Tarifaria, que buscaba que las comunas que tenían mucha generación tuvieran tarifas más bajas, porque no podía ser que comunas como Alto Biobío tuvieran las tarifas más altas del país. “Este es un avance, pero hay que ir en otras direcciones también y adecuar los proyectos energéticos que resuelven problemas regionales o no los produzcan”.

Volvió a ejemplificar con una empresa que está construyendo una central hidroeléctrica en esta Región, pero que buscó con la comunidad la mejor forma de producir el menor impacto, hasta decidió cambiar la instalación física de la central de un lado al otro de un río para minimizar el impacto. “Ese tipo de beneficio es lo que la sociedad, interactuando con los proyectos, busca mejorarlos para que no produzcan un impacto dañino”, sostuvo.

A juicio de Hugh Rudnick, quizá lo más desafiante para el gobierno es la nueva Ley de Distribución Eléctrica.

Dijo que en el mundo de la distribución se está dando un cambio técnico brutal; están apareciendo generadores distribuidos, los autos eléctricos, empresas que están buscando agrupar consumidores para conseguir mejores recursos, hay otros agregadores de consumo, es decir hay una serie de nuevos actores que están encontrando oportunidades. Aquí es donde aparece este gran desafío de cómo separar regulatoriamente la empresa de “alambres”, que es la compañía distribuidora que presta estos alambres para que se produzca la renta del negocio, con otro mundo de múltiples agentes que venden y compran energía, que manejan los autos eléctricos, que gestionan el almacenamiento eléctrico, para que convivan esta remuneración de los alambres y que éstos además, sean eficientes, con este mundo de actores competitivos y prestar mejores servicios a los usuarios.

Si bien Rudnick advierte que estamos al debe en este momento en dicha materia, porque tenemos todavía una legislación muy antigua que data del año 1982 que no ha recogido los cambios tecnológicos que están teniendo lugar y que ya están en el país, afirma que es optimista. “El gobierno cree que en un año logrará hacer el cambio, solo que preocupa que esto se haga con independencia de los intereses particulares de los agentes que involucran muchos recursos económicos, tanto de las empresas distribuidoras como de los nuevos agentes que están buscando oportunidades de negocios”.